jueves, 5 de enero de 2012

Cuenta cuentos


Érase una vez un 15M muy buenecito y modosito. Era algo así como Jhon Denver, un hippye limpito al que cualquiera señora de orden le gustaría tener como yerno.

Pues, como os decía, el movimiento (el nacional no; el moderno) consiguió algo muy importante que hacía mucho no se había visto en Huesca: levantar a muchas gentes (a la Peña, diría alguno) y hacerlas sentirse partícipes de algo único.


Al frente del 15M se batía (y de batía a veces) un héroe de las montañas jacetanas llamdo Aquiles Victorioso (exótico nombre para un jacetano). Su apostura en el combate era tal, y su camiseta de colorido tan sin igual que llamó poderosamente la atención de la bella y combativa lideresa, la princesa Pau.

Pero en toda pareja de cuento que se precie, debía aparecer otra persona que triangulara la relación. Y éste fue un noble llegado de cercanas tierras, de cuatribarrado corazón.

El Barbour llamado por su negra coraza a la moda.


Resumiendo que el Barbour y el Victorioso no viendo su amor correspondido entraron en el argumentario de la raposa de la fábula: no está madura, le falta experiencia, es de derechas, no tiene ideología...


Afortunadamente, no pusieron en peligro la SALUD de la princesa Pau-


Viendo que las cosas se complicaban, apareció un galán maduro que, en segunda línea de combate se hallaba y halló la solución: Pongamos moderadores; pongamos administradores y que de estos no dos no correspondidos amores amores broten en la proxima primavera flores, que este movimiento adornen



los personajes han sido inventados y que cualquier parecido con personas reales es pura coincidencia.

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