Hola me llamo Sam. Soy uno de los supervivientes que sobrevive bajo uno de los zulos que cronstuyo la guardia civil. Llevo aquí ya cuatro semanas. No podemos salir al exterior porque esta invadido por zombies.
Los mercados ganaron la guerra y nos lo quitaron todo, privatizaron la sanidad, la educción, la justicia, la ciencia, el agua, la tierra fértil y hasta el sol. Se dejaron la vida por hacerlo todo más adictivo y a cambio nos prometían los mejores entretenimientos para que fuéramos felices. Todo aquello que no correspondiera a esa felicidad era eliminado por el poderoso ejercito o usado para experimentos o trabajos forzosos a través de cárceles privadas.
Soy uno de los trabajadores de esas cárceles. trabajo para un laboratorio y experimentábamos con una droga que ayudara a reducir la necesidad de dormir. Realmente estaba convencido de que era por el bien de la humanidad. Me desquiciaba ver que perdíamos la mitad de nuestra vida durmiendo y soñando inútilmente. Tantas horas de trabajo y consumo desperdiciadas. ..
Por fin un día obtuve resultados, los presos dejaron de dormir y empezaron a trabajar el doble, todo estaba siendo un éxito pero algunos presos se empezaron a obsesionar con las personas que aun dormían, quería saber que soñaban. la obsesión acabo en locura, se volvieron violentos y descontrolados, y empezaron a comer cerebros de otros presos convencidos de que así hacían suyos los sueños.
Inmediatamente eliminamos a todos los afectados y rescatamos a los heridos. La droga resulto ser resistente al cuerpo humano y los heridos había recibido la droga a través de la saliva y la sangre, para cuando vimos los síntomas ya era demasiado tarde y llego el terror a la ciudad.
Los mercados ganaron la guerra y nos lo quitaron todo, privatizaron la sanidad, la educción, la justicia, la ciencia, el agua, la tierra fértil y hasta el sol. Se dejaron la vida por hacerlo todo más adictivo y a cambio nos prometían los mejores entretenimientos para que fuéramos felices. Todo aquello que no correspondiera a esa felicidad era eliminado por el poderoso ejercito o usado para experimentos o trabajos forzosos a través de cárceles privadas.
Soy uno de los trabajadores de esas cárceles. trabajo para un laboratorio y experimentábamos con una droga que ayudara a reducir la necesidad de dormir. Realmente estaba convencido de que era por el bien de la humanidad. Me desquiciaba ver que perdíamos la mitad de nuestra vida durmiendo y soñando inútilmente. Tantas horas de trabajo y consumo desperdiciadas. ..
Por fin un día obtuve resultados, los presos dejaron de dormir y empezaron a trabajar el doble, todo estaba siendo un éxito pero algunos presos se empezaron a obsesionar con las personas que aun dormían, quería saber que soñaban. la obsesión acabo en locura, se volvieron violentos y descontrolados, y empezaron a comer cerebros de otros presos convencidos de que así hacían suyos los sueños.
Inmediatamente eliminamos a todos los afectados y rescatamos a los heridos. La droga resulto ser resistente al cuerpo humano y los heridos había recibido la droga a través de la saliva y la sangre, para cuando vimos los síntomas ya era demasiado tarde y llego el terror a la ciudad.
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