En fin podría perder el tiempo contaros cuanto me costo recuperar el móvil y otras aventurillas. Pero creo que es más importante aprovechar esta oportunidad para hablar de drogodependencia.
Sin duda es ésta la sustancia tóxica más consumida por los españoles: el 60,7% del conjunto de la población declara haber consumido alcohol durante los 30 días previos a ser encuestados, el 12,9% lo hace diariamente y un 9,3% se había emborrachado alguna vez durante el último año.
Los análisis realizados por el Observatorio Español sobre Drogas constatan una serie de aspectos que conviene resaltar:
- La mayor proporción de personas que declaran consumir alcohol en el mes anterior a ser encuestados se da en el período de edad entre los 19 y los 28 años. En ese intervalo se llega a un 73% de bebedores de fin de semana, siendo éste un patrón de consumo en clara expansión.
- Otra de las características del patrón juvenil es la búsqueda intencionada de la embriaguez, de tal modo que el 39,5% de los jóvenes declara haberse emborrachado durante el último año previo a la encuesta y hasta el 4% en la semana anterior.
Una realidad preocupante la constituye la evidente precocidad en los consumos de tal modo que el 36,3% de los adolescentes (una población de 3.400.000 menores) ha probado el alcohol antes de cumplir los 16 años.
A pesar de estos datos, persiste una gran tolerancia social ante el consumo de alcohol, y una escasa percepción del riesgo del mismo, lo que dificulta la aplicación de estrategias dirigidas a su prevención.
Es realmente preocupante, y cada vez peor. Pero una vez más creo que equivocamos el foco.
ResponderEliminarEl alcohol no es un factor atrayente de por sí, el consumo de alcohol (y la búsqueda de la embriaguez) responde a la necesidad de buscar una realidad paralela ante la angustia de la realidad real, igual que los perfiles falsos en Internet o la experimentación con otras drogas.
La juventud se siente desorientada, cada nueva generación ha pasado menos tiempo con sus padres, ha recibido menos atención educativa desde la familia y ha sido más influenciada por el consumismo en forma de videoclips, canciones bailonas, modas juveniles, revistas, televisión...
Las agencias de publicidad llevan lustros estudiando cómo entrar en sus mentes para conseguir más ventas, desde pequeñit@s (lo vemos en estas fechas con los juguetes).
Y así van fomentando una necesidad virtual de tener una vida artificial que, por supuesto, debe superar en algo a la del/la vecin@.
Como eso es casi siempre imposible, porque se convierte en una espiral de consumo inasumible, se convierte en frustraciones que buscan su refugio en la embriaguez.
No quito su parte de culpa a la juventud (y me incluyo) pero, ¿qué somos l@s jóvenes sino el producto de nuestra educación y los valores recibidos?.
No es la culpa sólo de los padres o de los maestros (aunque estos bandos entre ellos se enfrasquen en batallas para descargar sus conciencias), es culpa de tod@s. Desde la abuela que no sabe decir que no hasta el que decide la parrilla de la MTV o cuán cortas van a ser las faldas este año.
Y sólo podemos solucionarlo entre tod@s, consiguiendo por fin el control democrático de nuestra sociedad basandola en el interés popular por encima del mercantil. Aunque estemos tan lejos...